EL PODER DEL PERDÓN
Por: Félix Miranda Quesada
“Por lo cual, el reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Mas a éste, no pudiendo pagar, mandó su señor venderle, y a su mujer e hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase. Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor, movido a misericordia de aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda. Y saliendo aquel siervo, halló á uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y trabando de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que debes. Entonces su consiervo, postrándose á sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso; sino fue, y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda.”
He tomado como introducción de este artículo, la parábola anterior, para adentrarnos en el poder del perdón. Considerado uno de los recursos más poderosos para la sanidad y la transformación, tanto del alma como del cuerpo, éste es uno de los más preciosos y preciados regalos que se puede dar, porque cuando regalas perdón, tú también recibes el regalo.
El perdón libera y a la vez resucita el amor, porque cuando no se perdona, hay ausencia de amor, y donde no hay amor falta todo, ya que el amor lo es todo por ser de origen divino, Dios es amor y es la fuente de amor, para quienes lo buscan. Es por ello que en el mejor libro de la historia humana dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”. He aquí otra razón para perdonar, porque el que perdona ha alcanzado el amor y este lo libera del temor, uno de los mayores enemigos del hombre.
Quien no perdona, creará desechos tóxicos en su alma, que son las emociones negativas del rencor, el odio y la raíz de amargura. El perdón en cambio, te libera de esa toxicidad enquistada en mente, cuerpo y alma y es el mejor liberador de cualquier desecho morboso, y también, un purificador del alma, por eso Jesús nos enseñó a decir “perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Se perdona el “porqué”, no “el qué”. Es decir, debemos perdonar el efecto del mal comportamiento y no, el comportamiento en sí mismo.
Debemos comprender también, otra circunstancia que suele presentarse en nuestras vidas y es, la falta del auto perdón, esta situación puede interferir en el proceso de recibir amor, y en el camino del éxito y la abundancia, conducir, más bien, a mover los patrones de vida y conducta de quien no puede, no quiere o no sabe, perdonarse a sí mismo. Porque quien no se perdona está condenado a un auto castigo y a soportar, por mucho tiempo, un sentimiento de culpa y ¿cómo podrá perdonar a los demás?.
Negarnos a aceptar que, como humanos, cometemos errores es, en principio, uno de los mayores errores. Algunas manchas pueden aparecer en nuestros pensamientos o en la conducta cotidiana de nuestra vida. Incluso, sentirnos avergonzados de algunos actos considerados bochornosos, pero, porqué en vez de culparnos y condenarnos por estas cosas, no reconocerlos, tomar conciencia y perdonarnos por ello. Si así lo hace, usted asegura que en su camino se abran todas las puertas hacia al éxito. Usted se está dando un regalo.
Cada persona puede experimentar en algún momento energías negativas, pudiera ser, sin embargo, que éstas no se identifiquen o reconozcan, porque se repriman y no florezcan al exterior. Sin embargo, esto no es lo que usted realmente es. El problema podría darse si usted se identifica con estos aspectos negativos y se etiqueta a si mismo como una persona mala, culpándose y avergonzándose al extremo de empañar la luz que ilumina su vida y lo que usted realmente es.
Veamos algunos aspectos negativos que pueden presentarse en su vida: ira, envidia, falta de auto control, auto compasión, venganza, mentira y otros similares que pueden presentarse eventualmente. Pero, esto no es lo que usted verdaderamente es. El primer paso que debe dar ante estos eventos es, estar consciente de que existen y en segundo término, despedirlos. Usted tiene el poder de elegir y la elección junto con la voluntad son dos aliados poderosos para renunciar a todo aquello que puede ser dañino en nuestras vidas y el perdón es el arma poderosa para derrotar esos dañinos “demonios”. Perdone y perdónese.
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